viernes, 2 de mayo de 2014

Una escultura para El Greco


Hay también otra luz que yo quisiera recordar, que yo quisiera reconstruir. La he visto muchas veces. Se fue perdiendo en su mirada, se fue apagando, se fue acabando. No sé cómo explicártelo. Tienes que imaginar que en la girola de la catedral se entorna una vidriera. Nadie lo advierte. La luz sigue teniendo la misma intensidad: solo ha cambiado la vibración. No percibimos este cambio sino cuando ha cesado su movimiento., cuando su pálpito se aquietaen una nueva dirección donde la luz se apoca y va quedándose entornada. Pues bien, cuando yo la recuerdo miraba ya con esa luz, con ese atenimiento un poco ciego, con esa vibración cambiante en la mirada. 

Cómo se entorna una ventana, Luis Rosales
















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